“Con la edad, los ojos ven más lejos, no en la distancia, pero sí en el tiempo.” (aausábel, 2017)

“Con la edad, los ojos ven más lejos, no en la distancia, pero sí en el tiempo.” (aausábel, 2017)

En este país...

En este país...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Qué fácil.

   Qué fácil…

“Qué fácil es vivir como un señorito,
con todo garantizado.
(--Echad las redes y las sacaréis
rebosantes de peces.)
Qué fácil es llamar ‘chusma’
a los que la suerte ha ignorado.
(--La Revolución es la revuelta de la plebe
contra la gente de calidad.)
Qué fácil es heredar casa
y no pagar hipoteca,
mientras no se sabe dónde vive
el padre divorciado.
Qué fácil es creerse en paz,
cuando cunde un terremoto bajo tierra.
¡Qué fácil es fumarse la libertad!
(Y Tú, Dios, soñando por todo lo alto.)
Qué fácil, ¡oh!, qué fácil cruzar en sombra
el Puente del Diablo.
Porque estás arriba del Carro de Heno,
¿aún piensas que mañana
todos habrán ganado?”

                      (© Antonio Ángel Usábel,
                      16 de noviembre de 2011)






jueves, 13 de octubre de 2011

OBRAS FUNDAMENTALES DE LA LITERATURA UNIVERSAL.

Una participante en la tertulia literaria de Leo Zelada, que se viene celebrando desde el 16 de septiembre de 2011 todos los viernes, a las 22:00, en el segundo piso del Café Comercial (Glorieta de Bilbao, Madrid), me ha solicitado que prepare un repertorio de las que, a mi juicio, son las obras fundamentales de la Literatura universal.

A tal fin, me he puesto a ello, y he dividido la Historia en diez periodos. He incluido también alguna obra clave del pensamiento, la historiografía y la Ciencia moderna. Estimo que no se puede pasar sin haber leído muchos de estos títulos. No todos son indispensables, pero sí muy recomendables y, desde luego, hay que conocerlos aunque sea de oídas.

Espero que os guste la selección, que no tiene por qué quedar cerrada o estar completa.

Va por Catalina, de la tertulia, a la cual todos estáis invitados. Gracias. Saludos cordiales de Antonio.

OBRAS FUNDAMENTALES DE LA LITERATURA.

¡¡AVISO!! La TERTULIA DE LEO pasa a celebrarse, en el mismo lugar y con igual horario, cada 15 días. Próximo encuentro: viernes, 28 de octubre de 2011.

lunes, 3 de octubre de 2011

"La costa de Utopía".


El Teatro Académico de la Juventud de Moscú (RAMT), dirigido por Alexei Borodin, ha representado en el Valle-Inclán de Madrid, el sábado, 1 de octubre de 2011, la trilogía de Tom Stoppard La costa de Utopía, constituida por tres partes: Viaje, Naufragio y Rescate. Siete horas y media netas de teatro en ruso en un solo día, un auténtico hito. Una compañía enorme, formada por más de cien profesionales, que Gerardo Vera ha querido traer al Centro Dramático Nacional, ilusionado como estaba por esta obra de Stoppard.

La costa de Utopía es un tríptico sobre la historia de Rusia, desde el Romanticismo hasta su derivación popular en los primeros grandes movimientos obreros que sacuden Europa (abarca el periodo 1833-1868). Comienza en la hacienda de la familia Bakunin, con un terrateniente que gobierna más de quinientas almas y cuya máxima para la vida es que todo hombre debe doblar la edad de su mujer. Encontramos a un jovencísimo Mijail, adorado por sus soñadoras hermanas, que leen a George Sand y se dejan seducir por Eugenio Oneguín, el largo poema narrativo recién publicado por Alexander Pushkin, aquel intelectual que gestó los principales anhelos de la libertad rusa. La sombra alentadora de Pushkin gravita y se deja sentir a lo largo de esta trilogía. Pushkin fue un romántico exaltado, ídolo de la juventud y promotor de serias revueltas contestatarias, quien sin embargo fue reducido por el astuto y autoritario zar Nicolás I, atrayéndolo a Moscú y a San Petersburgo desde su retiro forzoso (ya se sabe: “Ten cerca a tus amigos, pero más cerca aún a tus enemigos”). El conato de golpe de estado de diciembre de 1825 se saldó con la ejecución de sus cabecillas y el aumento de la represión sobre la burguesía liberal y sobre los siervos de la gleba. El gran creador de la literatura nacional se convirtió en un revolucionario de juguete, mientras llevaba con honor los cuernos que le ponía su dulce mujercita Natalia. Esto no impidió, no obstante, que encendiera las pasiones místicas de filósofos como Bakunin y del crítico literario Vissarion Belinski, director de El Observador moscovita y colaborador de la revista El Contemporáneo. Bakunin y Belinski son los enamorados del Amor intangible e inefable, de la Idea a lo Fichte, desprendida de la dialéctica histórica. En aquel momento grave, en Rusia la inteligencia era un ejercicio proscrito y clandestino, un oficio de anacoretas, que miraba con envidia el laicismo francés, en cuyo seno “se publican todas las porquerías” que pueda concebir el pensamiento. Las hermanas de Bakunin, sin embargo, son lectoras ávidas, y a pesar de sus disquisiciones románticas, todavía tienen su punto de ternura maternal, como cuando una de ellas reclame sustituir a la parturienta y dar el pecho a una criatura (rasgo maravilloso de creación dramática que Stoppard desliza como si nada). Es en este ambiente familiar –inspirado sin duda en la primera parte de Guerra y Paz—donde se halla el mayor encanto de la terna. Es el campo, Priamuchino, en los alrededores de Moscú, sobre manteles y hamacas, donde florece la ingenuidad juvenil, la pasión por la vida, la dicotomía entre la obediencia al padre y la rebeldía adolescente. El vestuario en tonos pastel –primorosamente elaborado—realza la frescura acogedora de aquel ámbito. Dan ganas de disfrutar eternamente de ese lugar ameno, de que nunca pase, porque se vive en familia antes de que esta se disgregue y cada cual siga su rumbo.


En la segunda parte, Naufragio, el centro de la acción pasa al apartamento de Alexander Herzen en París, en 1848. Herzen fue el principal alentador ruso del socialismo utópico. Creó una editorial para textos en eslavo en Londres y un periódico antizarista, La campana, de amplia repercusión por todo el continente. El pragmatismo hegeliano sustituye al misticismo del Yo Absoluto y pensamiento e historia deben ahora caminar juntos. El intelectual no es ya un monje, sino que, despertando a la realidad, debe responsabilizarse de ella y cambiarla. La Idea es un devenir por etapas en constante perfeccionamiento que se transforma, por consiguiente, en Ideología. Las barricadas de la Comuna de París quedan simbolizadas por bancos, sillas y mesas de madera cruda enganchados entre sí. Los extras de la obra entonan la Marsellesa, congelados en enmarque pictórico de tópico efectismo que avanza hacia el patio de butacas. Algo se mueve en el alma de la calle, no solo en Francia, sino en Europa entera. Sin embargo, Proudhon es solo un ensayo inocente. Propugna la abolición de toda propiedad privada, “excepto la de la mujer”. Herzen se va transformando en una caricatura de la vida del gran patriarca, Pushkin: su esposa Natalie se hace amante de un agitador. Ya tenemos otro emprendedor engañado. Por si fuera poco, su hijo Kolya y su madre perecen en un naufragio. Y aquí llega la gran pregunta: ¿cómo puede hacer feliz a la sociedad quien no puede ser feliz por sí mismo? La muerte de Belinski en San Petersburgo en 1848, víctima de la tuberculosis, supone el extravío del raíl intelectual.

Tercera parte: Rescate. Londres, febrero de 1853. Como le pasó a la Revolución Francesa de 1789, los propósitos se pierden en una marea de encantos. Una institutriz alemana, María Fromm, se hace cargo de Herzen y de sus hijos. Parece el arranque de Sonrisas y lágrimas. Un mugriento Bakunin, con barba de cuáquero desaliñado y barriga caída sablea a los amigos para pagarse el transporte. Recuerda al Orson Welles alzado sobre el púlpito de Moby Dick. Verdaderamente, se pone en práctica la destrucción de la familia y se abre paso la anarquía: Herzen se une a la mujer de Nikolai Ogarev, su amigo poeta. Tiene con ella una hija, Liza. Al mismo tiempo, se torna contrarrevolucionario: frente a Bakunin, defiende las reformas hechas desde el sistema. Discuten los rebeldes. No hay buen puerto para la revolución.

Stoppard levanta un tríptico que no intenta sino demostrar lo ya subrayado con más gracia por Carpentier en El reino de este mundo y El siglo de las luces: que la revolución es una quimera que se devora a sí misma, un congal de soñadores, un concierto barroco donde cada instrumento suena a su aire y no se ve la partitura. O, como vaticinaría también Lampedusa a través de su Tancredi, “es preciso que algo cambie, para que todo siga igual”. Por eso, la costa de Utopía nunca se alcanza.

El dramaturgo crea una obra pretenciosa, de excesiva y mastodóntica duración en escena, con un diálogo bastante academicista y dogmático, a veces hábilmente salpicado de desenfadada ironía.

La puesta en escena de Borodin es clásica y esteticista, pero nunca ampulosa, y seduce al público incluso más que la obra en sí.

Este enorme ejercicio de teatro atrajo el sábado a personalidades como el Nobel Mario Vargas Llosa y el actor y director José María Pou.

El principal inconveniente fueron los subtítulos en español, bien llevados, pero incómodos de leer durante tantas horas seguidas.

Merece la pena la aventura. Por ello, quiero agradecer muy sinceramente a mis mejores amigos, Paco Salvador y Maribel, haber podido disfrutar de esta memorable experiencia, una inmersión profunda con los “frikis” de este conciliábulo, la más piranesiana dimensión de la Cuarta Pared.

* * *

[Tom Stoppard nació en Checoslovaquia en 1937. Se educó en Singapur e India. Es autor de Rosencrantz y Guildesteren han muerto (1967).]

Noticias de prensa y programa de mano.

viernes, 16 de septiembre de 2011

"Señor, ayúdanos a ser buenas personas".


Esta humilde petición es la consigna social del P. Alberto Pico, que lleva casi cuarenta años al frente de la parroquia del Barrio Pesquero de Santander.

El P. Alberto es un cura excepcional. Profundamente humano y entregado a la causa de sus feligreses pescadores, nació en La Habana, de padre español y madre mexicana. No conoció a su familia, y con seis meses fue recogido por un sacerdote ("Curanono") y una señora montañesa, que le dieron cariño y una educación. Se hizo profesor de instituto, y después abrazó el oficio redentor de salvador de almas. Fue, durante varios años, capellán en el buque de la Armada Alonso de Ojeda. Adora la música sinfónica (Vivaldi), pero su canción favorita es “Háblame del mar, marinero”, de Manuel Álvarez Beigbeder y Purificación Camas, que con solera entonaron tanto Marisol como El Consorcio. Hoy Alberto tiene ochenta años, y un centro público de E. Secundaria que luce orgullosamente su nombre. Es una institución en Santander y una bendición del cielo para sus gentes. Lo conocen y respetan hasta los palestinos cristianos de Belén. Reparte toda su buena pensión entre los más necesitados, de tal modo que se puede decir que vive un poquito “de prestado” y de lo que los demás quieran obsequiarle. Una vez al año, venía a Madrid, para confesarse con el P. Díez Alegría, hasta que éste murió.

Pico se levanta todo el año a las cinco y media de la mañana y a las seis se va a dar de comer a todos los gatos de la comarca (hasta los del cementerio de Ciriego). Conduce un coche pequeño y negro, que le regalaron de segunda mano. Pero, sobre todo, se vuelca en la ayuda al prójimo, verdadero deber de su oficio.

Sus misas de ocho de los sábados son reconfortantes, porque habla de los problemas cotidianos de su barrio: los padres con una hija enferma de leucemia, los hombres y mujeres de la mar que han ido quedando por el camino, las viudas y viudos, los accidentados, las jóvenes parejas que se casan ilusionadas, los niños que corretean alegres en los bautizos… La parroquia funciona con sencillez como una comunidad de base. El techo y los muros de la iglesia se arreglaron hace un par de años con una subvención del Banco de Santander, que generosamente aprobó el Sr. Botín.

El P. Alberto vuelve viva la misa. La celebración se reduce al reconocimiento y petición de perdón por los errores cometidos, la lectura del Evangelio del día, una breve charla relacionada con algún asunto cotidiano que atañe a los fieles, el rezo del Padrenuestro, la absolución plenaria sin confesión previa (para que todo el mundo pueda comulgar), la consagración y la comunión (impartida por dos laicos voluntarios). Con este esquema hace vivir el sentido de la fe en Dios y en su Hijo Jesucristo. No hace falta más (ni menos) para llegar a lo hondo de los corazones. Con él la Eucaristía no es un ritual monótono y deshumanizado, esa especie de petardeo mecánico que se oye en la mayoría de las iglesias. Es una ceremonia entre amigos que envuelve un sentimiento de caridad, amor y comprensión. Un acto de Misericordia de Dios encarnado y sufriente por y con nosotros. Un recibimiento a todo el mundo que se sienta llamado a participar en él. “Señor, creemos que Tú estás aquí, en este pan y en este vino”. “Señor, ayúdanos a ser buenas personas”. “No pidáis por los muertos, que no lo necesitan. Son ellos quienes pueden pedir por nosotros, puesto que ya están con Jesús”. El P. Alberto confía a ciegas en la Misericordia infinita de Dios con los hombres: “--Yo, Alberto, uno igual que vosotros, en nombre de la comunidad cristiana, perdono vuestros pecados”. Dios quiso tanto al mundo, que envió a él a su Hijo Jesucristo, para que fuera fuente de Salvación de toda la Humanidad. Dios nos enseña a no juzgar, a ser generosos y tener un corazón grande. “Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres”. Haz el bien, ama a tu hermano como a ti mismo, perdona sus faltas, no guardes rencores.

Y sin embargo, pese a tal derroche de amor, llena su parroquia con personas mayores y son escasos los jóvenes que participan. Una lástima, y una preocupante señal de que algo importante y básico está fallando en el mundo en esta última generación.

Una simpática anécdota de otros tiempos: mi primo Pachi, hoy afamado navegante de vela, siendo niño, entró una vez en la sacristía y preguntó: “—Oye, Alberto, ¿cómo se peca? Enséñame a pecar, que no sé.” “–Eso tendrás que aprenderlo tú con los años”—le respondió Pico--. Y en el reencuentro entre los dos: “--¡Qué! ¿Has aprendido ya?”.
 



Si quieres ver una entrevista hecha al P. Alberto por niños del C.P. Cardenal Cisneros, aquí la tienes. Dura solo siete minutos:


[Aunque si el Pesquero tiene algún santo, ése fue el P. Miguel Bravo de la Peña, según dicen las gentes del lugar, porque yo no lo llegué a conocer. Fue párroco del barrio entre 1961 y 1967. Eran tiempos muy, muy duros, en los que el lugar estaba severamente castigado por la marginación, la miseria, el hambre, la droga, y ratas como conejos. El P. Miguel se desvivió por el barrio. Lo daba todo, literalmente hablando. Había días en que iba desnudo bajo la sotana o el alba, porque había entregado su ropa a un necesitado. Cuando falleció, su cuerpo fue velado durante más de treinta horas por veinte o veinticinco personas a la vez. No querían despedirse ni desprenderse de él, dejarlo marchar. Si deseas saber del P. Bravo, pulsa en este enlace de La Salle: http://www.lasalle.es/miguelbravo/miguel_bravo.htm ]

martes, 13 de septiembre de 2011

AMIGOS DEL MAR.


"En sueños, la marejada/ me tira del corazón./ Se lo quisiera llevar." No hay mejores que estos célebres versos de Alberti para evocar la voz de los pescadores, su alma salada, su espíritu bravío, su ánimo hermano, su pulcra sencillez. 

Quisiera presentaros a una meritoria agrupación coral, nacida en el Barrio Pesquero de la ciudad de Santander, la novia y reina del mar. Se llaman a sí mismos los Amigos del Mar, y los dirige y enseña el maestro profesor de Música José Ramón Rioz Ruiz. Son veintiséis voces masculinas que llevan interpretando cantos de marineros desde 1988. Suelen actuar con frecuencia habitual en la misa de ocho de los sábados de su parroquia del Pesquero, en la calle Marqués de la Ensenada. Ponen encanto, luz y color a la ya siempre amena celebración litúrgica del P. Alberto Pico, joven seguidor octogenario de las primeras comunidades cristianas, y pastor que habla para las necesidades de su gente.

Los Amigos del Mar han grabado varios cd's, que les desaparecen literalmente de las manos, tienen una distribución familiar y son muy difíciles de conseguir (editados por Miedito Records). En 1991 interpretaron el tema "Avante, patrón" para la película de Mario Camus Después de un sueño. Participaron en la Expo de Sevilla 1992, y han cantado en Valladolid, Avilés, Albacete, y en la ciudad alemana de Seiligenstadt.

Entre sus temas más conseguidos se encuentran habaneras como "En un puerto de Cantabria", "Cuando el España", "Adiós, mi península hermosa", así como canciones populares (la Salve marinera, "Mi marinero", "La lancha de Tolín"). Pero su talento se vuelve insuperable en temas muy locales, que ensalzan la belleza de la ciudad y puerto de Santander, que cuenta con una de las mejores bahías del mundo. Me refiero a composiciones como "Canto a mi barrio" (de Domingo Sáiz), "Santander la Marinera" (de Chema Puente, consumado rabelista) y, muy sentidamente, "¡Qué bonito es Santander!", debida a Avelina Fernández, vecina de Torrelavega, y que bordan los solistas Segundo Olivares y Juan Hormaechea.

Es precisamente este maravilloso "¡Qué bonito es Santander", grabado en directo por mí en el auditorium del Sardinero el sábado, 13 de agosto de 2011, el que os ofrezco, para vuestro descubrimiento y deleite, en este montaje fotográfico. Espero que os enamore. Gracias y un grato saludo a tod@s.

"Dame la mano, mozuca,/ que vamos a contemplar..."




viernes, 20 de mayo de 2011

JUAN NADIE 2011.

Lo que está pasando estos días en la capital de España tiene la lógica del descontento. Aún no se ha salido de la crisis, Alemania nos aprieta las clavijas y exige más empeño y sacrificios, y nuestros dirigentes --en teoría, servidores públicos-- no ayunan ni en Viernes Santo. Aquí no dimite ni Dios (con perdón). Aquí ningún político renuncia a una parte de los privilegios. Las listas cerradas posibilitan que un partido se gestione como un club privado. Consecuencia: ellos se lo guisan y ellos se lo comen. El inepto al mando de un cargo público pierde cuidado; a la semana siguiente de dejarlo es nombrado, por el partido, responsable de otro emporio, mejor si cabe que el que cedió como un erial. ¿Tiene que responder de su gestión? ¡Nunca! De eso nada. Además, existe la chulería de mantener las dietas y los sueldos generosos, las prebendas institucionales y un Retiro garantizado más pingüe que el propio palacio madrileño del XVII. Esta es la democracia de la risa, donde siempre hace buen tiempo... para los mismos.


La política, en los tiempos del Toma el dinero y corre, es un negocio redondo. Buena vida a bajo riesgo. La población te apoya, tarde o temprano, porque no le ofreces otra alternativa. Se habla de construir entre todos el "Estado del Bienestar", que debe de ser, en esencia, algo tan alejado como el castillo sobre la nube en Las habichuelas mágicas. El político comienza a asegurarse sus habichuelas muy pronto, en las juventudes --no hitlerianas, sino del PP o del PSOE--. Va aprendiendo a ser listo poco a poco, rodeado de buenos enseñantes que son, a su vez, rivales suyos en el arte de la satrapía. Se esconde en el tronco hueco, o disfraz del bien común. Succiona, vampiriza mientras su herida no deja cicatriz. Su saliva anestesia. Este es el advenedizo de la política, especimen ampliamente mayoritario en los partidos de nuestros días. Aunque la democracia siempre ha arrastrado sus más y sus menos en todos los espacios y momentos, también ha contado con mejores suertes, con figuras representativas que en verdad velaban por el interés general de su nación. Hombres de la talla de Thomas Jefferson, George Washington y Benjamin Franklin; como Winston Churchill y Lázaro Cárdenas; como Franklin D. Roosevelt y un selecto elenco. Les tocó abordar épocas extraordinariamente duras y difíciles, y obraron con acierto y maestría. Dieron ejemplo de gestión y obtuvieron la confianza mayoritaria de su pueblo. ¿Por qué no ahora esas figuras? La clase política actual no es que no nos saque de la miseria; es que nos hunde más en ella. Ahí está la máxima lapidaria de D. Tomás Gómez: "Quisiera para Madrid lo que Zapatero ha traído a España". O sea: el Hundimiento. Casi cinco millones de parados, y familias de clase media modesta buscando entre las basuras y en los contenedores de los supermercados, para aprovechar lo que no llega a fin de mes.



El diario El Mundo de hoy, jueves, 19 de mayo de 2011, trae una serie de reflexiones interesantes. En cabecera, una observación genial de uno de los mejores historiadores latinos, Tito Livio: "Solo sentimos los males públicos cuando afectan a nuestros intereses particulares". Así es. Solo llegamos a despreciar la podredumbre que nos rodea cuando, por fin, las ratas nos muerden los pies. El recurso del pataleo. Pero, ah, amigo, haberte echado a la calle antes, cuando el huracán se veía venir de lejos. En "Qué miedo da la calle", Victoria Prego apunta hacia una causa instrumentalizada: los manifestantes de Sol no culpan de la crisis directamente al gobierno de España, sino a la nebulosa política; es tiempo de elecciones municipales, y se presiente un triunfo holgado de la derecha en Madrid; conviene, pues, dificultar o aminorar ese triunfo. Los zascandiles no se concentran frente a la sede socialista de Ferraz; lo hacen en pleno centro, kilómetro cero, para dar la serenata a Esperanza Aguirre. Por otra parte, Prego parece hablar de unos pintas radicales reclutados por la izquierda, mientras los españoles decentes se quedan en su casa y el domingo van a emitir sus votos de castigo, en pro de quienes lo hace fetén.

La reportera Paloma Díaz Sotero, por su parte, esboza el perfil del dirigente anónimo Manuel Jesús Román Estrade, jerezano creador del dominio democraciarealya.es, órgano convocante del río popular de protestas. El chico defiende su autonomía, parece honrado, y habla de un movimiento independiente no faccioso. Es decir, podría ser un JUAN NADIE espontáneo y sincero. Un ser sencillo y común que alza su voz contra la injusticia y el robo indemne: "Estamos ya cansados de mentiras, de corrupción, de proteger a los culpables de la crisis (los bancos)". Y añade: "No hay líderes con los que negociar en estos movimientos que emergen en la Red". Lo malo es que su idea inicial puede ser todo lo legítima y moral que se quiera, pero a su propuesta se suman otros individuos y colectivos, que --como a las leyendas populares-- la pueden ir desvirtuando: la asociación de domadores de pulgas, los poceros malos y buenos, la Unión de Juventudes por el Amor a tres bandas, la Junta Comunal para la cría de la ostra perlífera, y así un largo etcétera de agrupaciones corales y vendedores de ilusiones. Después llegan los grupos parlamentarios, pero no a parlamentar, sino a tratar de infiltrarse en el movimiento para, a ser posible, dirigirlo contra el ruin adversario. Ya tenemos montada la exacta película de Capra: "--Oye, ve donde el Manolo ese de las pelotas y tráetelo a nuestra sede, que le vamos a invitar a caviar beluga a cambio de que le preparemos los discursos. En cuanto vea lo que es comer bien y vivir mejor, el dominio es nuestro". Se dice que todo el mundo tiene un precio, no importa cuánto sea el importe del cheque. Además, una vez ganada la confianza de la plebe, el sujeto es mucho más útil; con él se da mejor gato por liebre.

En el mismo ejemplar de El Mundo del jueves, Juan A. Herrero Brasas, profesor de Ética y Política Pública en la Universidad de California, escribe sobre La democracia real. Reivindica listas abiertas, con candidatos por circunscripciones, responsables directos ante el ciudadano, y no ante el partido. Eso es volver seria la democracia, hacerla hija de cristalero. Sucede en otros países de más larga y firme tradición parlamentaria (Estados Unidos, Reino Unido). ¿Por qué no aquí? ¿Qué es lo que asusta de ese plan? Evidentemente, que el líder local salga rana y no sea Uno de los nuestros. Los amiguetes cuyo apellido se presta para confeccionar las listas de candidaturas, y que van a faltar a la asamblea o al pleno del ayuntamiento cada sí y cada no. Pero son del equipo, están ahí, haciendo masa.

España sigue anclada en la Restauración y en el turno pacífico de dos grandes partidos. Esto anquilosa el sistema, lo adormece con láudano, lo anestesia. Mientras haya paz y bonanza económica y social, todo perfecto. Mas en era turbulenta, mala cosa. No se ha aprendido a salir de ese carruaje, ni se avanza hacia nuevos esquemas.

Al electorado compete votar o no en las elecciones del domingo. La democracia es un ejercicio libre. Se puede no ir a votar, hasta que las cosas cambien, votar nulo, o apostar por el voto que se crea más oportuno. Y, eso sí, la clase política debe pasar a la acción del cambio positivo, ya sin demora, y comenzar a predicar con el ejemplo. Tenemos que vencer el sarcasmo de Lampedusa y alejarnos del "Es preciso que todo cambie para que todo siga igual". O bien el futuro de nuestra Historia no está escrito aún, o bien es el Círculo de los mayas, o el péndulo de D'Ors ("Lo que no es tradición, es plagio").

* * *

[Juan Nadie (Meet John Doe, EE.UU., 1941; dir. Frank Capra; guión de Robert Riskin) es una sátira política a cuenta de un héroe de la plebe que una periodista se inventa. No existe el tal Juan Nadie, ni es cierto que se vaya a suicidar como protesta de nada. Ann Mitchell, despechada porque va a ser despedida de su medio, anuncia en su columna su trágico fin. El texto causa tal revuelo y conmoción entre los lectores que el periódico ordena buscar y encontrar a Juan Nadie. Un vagabundo se presta a asumir su identidad. Durante un tiempo, acata la voz de su amo y lee los discursos que le escriben. Pero pronto se rebela y empieza a hablar con su propia voz, y lo que dice no gusta a los fabricantes de sueños adulterados.]

martes, 17 de mayo de 2011

Olas pindias.


Hablar de mi primo Pachi Rivero Usábel es abordar ya una leyenda viva de la navegación a vela en España. Durante años, ha sido el mejor proa con que ha contado la categoría de "maxis" de competición. Se curtió primero haciendo el servicio militar con la marina, y después navegando en la bahía de Palma junto a la familia real. Sin embargo, su historia es la de un sencillo chico de puerto, al que no le gustaba estudiar, que pronto se sintió atraído por el surf, y más tarde por los veleros. Con diecisiete años, abandonó su Santander natal para abrirse camino por sus propios medios en tan complicado mundo. Marchó solo a Palma de Mallorca. Nunca pidió ayuda a nadie, y supo vadearse y tirar para adelante por su cuenta y riesgo. El universo de la vela de competición exige inversión de capital. Él no lo ha tenido. Pero sí tesón y talento, gracia y "duende", espíritu de entrega y de camaradería, y una SIMPATÍA a raudales --como las cataratas de Iguazú-- que le acompaña a todas partes. Siempre ha sabido poner al mal tiempo buena cara, y ha conseguido transformar lo adverso en viento propicio y seguro.


Cada vez que prepara una regata de alta competición, pasa por la ardua tarea de encontrar financiación. Un padrino comercial que ponga el dinero, como en la Fórmula Uno. Y no es difícil que las empresas --incluso las mejores del país-- se echen atrás y decidan, al final, no participar. Un casco de un velero de regata puede llegar a costar seis o siete millones de euros, y eso sin aparejo ni equipación. El precio total de un barco equipado asciende, por lo general, a diez millones de euros (si es de segunda mano y no ha sido diseñado nuevo a propósito). Un "juguete" muy caro, que hay que cuidar con ternura y que luego hay que devolver, para procurar recuperar lo invertido, en las mejores condiciones posibles. Por eso, en una regata, al paso de Hornos, el Cabo de los cabos, por ejemplo, se va con el alma en vilo, no vaya a quebrar un palo, o a lo peor, el casco mismo. Vientos de entre treinta y treinta y cinco nudos, cuando lo normal es no superar los quince. Y olas muy "pindias", como dice Pachi, o también, "pendias", recurriendo a un calificativo muy montañés, presente en Peñas arriba, de Pereda. Es decir, olas con gran inclinación o desnivel.

¿Capricho de "gente bien"? ¿Orgullo de Beautiful People que vive en Serrano y veranea en Mallorca o en Puerto Banús? En parte, sí. Porque la vela de competición mueve a personas de dinero. Es "otro nivel" social y sociológico; otro lenguaje, al margen de la calle y del interior. "Miradme, que pasa el mar", como retaba Alberti. Pero también ese recuerdo y homenaje vivo a los viejos marinos, a los Hombres de la Mar, como los quería Baroja en Las inquietudes de Shanti Andía, siempre con el viento en las velas, firmes y seguros de sí mismos, en comunión directa con las olas del océano bravío, para envidia nuestra, de los que nunca hemos pisado un velero por miedo a marearnos, pero admiramos la soltura de los especialistas en ello. ¡Que viva siempre ese tipo de navegación, con la proa rebasando la mar rizada! Desafiando las tormentas y los cabos, con su abrazo de dos mares. La belleza del mar le pertenece.


* * *

Pachi Rivero y Toño Piris han conseguido el tercer puesto en la Barcelona World Race 2010-2011, al mando del Renault ZE. Tres meses y una semana de navegación sin escalas; más de veinticinco mil millas marinas, con salida y llegada en el puerto de Barcelona.

Ambos son santanderinos y amigos desde los años mozos. Comparten la misma pasión por la competición a vela, junto a otros camaradas suyos, como Pichu Torcida. Pachi, además, lleva la bendición de un buen amigo, que lo quiere y reza todos los días por él, el párroco de la iglesia del Barrio Pesquero de Santander, P. Alberto Pico.

Del entendido reportero Coli Terry, tomamos la siguiente declaración: "Pachi Rivero y Toño Piris, con su Renault, han dejado claro que la experiencia es la madre de la ciencia y la primera vuelta al mundo de Pachi ha sido vital para conseguir este podio que sabe a gloria. Supieron sobreponerse a una errónea puesta a punto del barco (lastre a popa) que les condicionó en las débiles condiciones de viento en la salida. Dos o tres errores tácticos cometidos en su afán de recuperar como fuese, vinieron a complicar más la ya de por sí complicada situación. Pero una impresionante recuperación desde la mitad del Atlántico y la no parada en Wellington le otorgaron el tercer puesto." (ABC de la Vela, nº 61, abril de 2011, pág. 4).

lunes, 2 de mayo de 2011

"TU ES PETRUS".

Personalmente, estoy fascinado por la figura del Papa Kiril Lakota, tal y como lo encarnó Anthony Quinn en la película Las sandalias del pescador (1968), basada en el éxito de Morris L. West. 


 Aquel era un pontífice de ficción, pero, como el real Karol Wojtyla (Wadowice, Cracovia, 1920-Roma, 02 de abril de 2005), también había llegado del Este; en concreto de un campo de prisioneros, un gulag soviético donde estaba siendo "reeducado". Liberado para que actúe de portavoz de los intereses del Kremlin, consigue ganarse la confianza de los cardenales italianos y, en un cónclave, llegar a la silla de Pedro. Es un hombre tímido, tremendamente sencillo y humilde, comprensivo, pacífico, ecuménico y abierto. Capaz de rezarle a un moribundo judío en su propio idioma y con su propia plegaria. En la escena final del largometraje, cuando es coronado Papa en el balcón de la Plaza de San Pedro, pronuncia un discurso breve, pero contundente y rompedor: "Jesucristo, Nuestro Señor, cuyo vicario soy, fue coronado de espinas. Yo estoy descubierto ante vosotros, porque soy vuestro siervo. Aunque hablase todos los idiomas humanos y evangélicos, si careciese de caridad, yo sería como un tambor hueco... Si me faltase caridad, yo nada valdría. Vivimos una tremenda crisis. No puedo cambiar el mundo ni borrar lo que escribió la Historia. Solo puedo cambiarme a mí mismo... Soy el custodio de los bienes espirituales y materiales de la Iglesia. En nombre del Espíritu, enajeno todo el oro y piedras preciosas de los relicarios, y en primer lugar los que adornan mi tiara, para aliviar a nuestros hermanos hambrientos. Y si en virtud de esta hipoteca la Iglesia tiene que pordiosear como los mendigos, sea en buena hora. Y ahora invito a los magnates del mundo y a quienes viven en la abundancia a compartir con aquellos que nada poseen". Hace falta tener una gran Fe, no ya solo en la Divina Gracia y Misericordia, sino en el propio mundo, para dar un paso tan arriesgado. Pensar que los demás pueden imitarlo y hacer lo mismo: volcarse en los más pobres. Así empezó la Iglesia: entre harapientos y pobres, en humildes comunidades, a veces amparadas por pequeños mecenazgos, como las damas romanas más piadosas, que daban importantes limosnas en favor de la causa. Si la Iglesia, de repente, regalara sus recursos, estaría a merced de los caprichos de la fortuna. Necesitaría más que nunca del apoyo de millones de hombres y mujeres sedientos de la Esperanza que da la Fe. Pero, ¿dónde quedan hoy, en Occidente, esos millones de seres cargados de Fe en su Iglesia? Benedicto XVI, nuestro Papa actual, acaba de reconocer que Occidente está "cansado de su fe", que mira hacia otros intereses, y que potencia la "incredulidad y lejanía de Dios" [Misa Crismal de Jueves Santo, 21 de abril de 2011, basílica de San Juan de Letrán]. El edificio humano que siempre debe sostener la Iglesia se derrumba. Los fieles son Iglesia, y sin fieles esta no puede consolidarse y existir. Tal vez la Jerarquía católica haya tenido gran parte de culpa, al distanciarse de los verdaderos problemas concretos de la sociedad, al no actualizarse adecuadamente al correr de los tiempos. Al ver demonios en el laicismo, al demonizar el sexo, practicado al margen de ciertas relaciones afectivas, al no tolerar la ordenación de mujeres como sacerdotes --cuando sabemos que María Magdalena y otras mujeres que acompañaban a Jesús eran las mayores defensoras y depositantes de su ministerio sagrado--, al no permitir el celibato eclesiástico opcional, etc. Mucha gente joven no mira hoy hacia la Iglesia, porque el Vaticano tampoco le ha mirado antes a ella. Bastantes jóvenes sienten que la Iglesia no hace nada por intentar comprender su mundo y sus problemas. Pero también es verdad que el más PURO Y DURO MATERIALISMO se ha instalado en muchos corazones, endureciéndolos y proclamando el deleite banal de lo inmediato, sin mirar a Dios. Vivimos la nueva temporada del becerro de oro, la segunda gran traición a Moisés mientras dialoga con la zarza ardiente en lo alto del Sinaí. Los seres occidentales, obnubilados y cegados por la tecnología, los lujos y el ansia de poder, han cerrado los oídos a las palabras de Jesús en el Evangelio. Los seres marginados --de África subsahariana, de India, de América Latina, de Filipinas-- son los más seguros continuadores de las creencias, y quienes más firmemente están nutriendo el ámbito vocacional de la Iglesia. También en España, muchas jóvenes de familias "conservadoras" --guapísimas y majísimas ellas--, están alimentando las comunidades religiosas, como sucede en Lerma. Sí, todavía hay una Esperanza para la milenaria Iglesia. Pero la Iglesia no debe alejarse de la realidad, sino ofrecer siempre una RESPUESTA a esa realidad, por difícil que resulte. Dios está con nosotros y entre nosotros merced a la fuerza salvadora del Espíritu Santo. Pongamos oídos al Espíritu. Oigamos a Dios, y lo que tiene que decirnos.

Hoy, 1 de mayo de 2011, festividad de la Divina Misericordia, Benedicto XVI ha beatificado en Roma a su antecesor, el Papa polaco JUAN PABLO II. Su celebración será en octubre, aniversario de su llegada al pontificado. Solo han transcurrido seis años y veintinueve días desde su muerte. Parece haber realizado el milagro de una curación, y ya se están buscando nuevas intercesiones milagrosas que permitan hacerlo santo. Sin quitarle méritos al Papa viajero, santos deberían ser --y lo son ya en la piedad colectiva-- la Madre Teresa de Calcuta, el exjesuita Vicente Ferrer, y el P. Ángel García Rodríguez --aún vivo, fundador de Mensajeros de la Paz--, por asistir a tantos seres indefensos y desamparados, por llevarles caridad y amor y por enseñarles a gestionar las ayudas recibidas en su propio beneficio, creando medios de producción para el desarrollo de sus comunidades. También son santos quienes dieron su vida por dar testimonio del Evangelio, como el arzobispo Óscar Romero, el jesuita Ignacio Ellacuría y sus compañeros, y el sacerdote polaco Jerzy Popieluszko. Porque la santidad la da la forma de vivir, el ejemplo y el testimonio de Fe y de Amor hacia el semejante. Lo otro, el ceremonial, es un simple aditamento. Dios escoge a los suyos, y los conoce y entiende mejor que nadie. 


Karol Wojtyla, Juan Pablo II, ha sido viajero de la Esperanza. No ha sido un Papa acomodaticio, sedentario, romano. 104 viajes pastorales en veintisiete años de pontificado por todos los rincones de la Tierra, incluso donde ningún sucesor de Pedro había llegado antes. Como acertadamente ha señalado el exjugador Emilio Butragueño, Wojtyla "acabó con la imagen de un Vaticano cerrado", acercándolo a toda latitud. Le tocó vivir momentos trascendentales y dificilísimos para Europa, como el final de la era comunista y la caída del muro de Berlín. Él contribuyó decisivamente a lograr que las dos Europas se entendieran. Apoyó la disidencia polaca del Sindicato Solidaridad y no se achantó en absoluto cuando una mano negra ordenó matarlo. La Virgen de Fátima debió de velar por su vida y por el triunfo final de su ministerio. De otra parte, deslegitimó la lucha política de la Teología de la Liberación en América Latina, y se aproximó a grupos de poder esenciales dentro de la Iglesia, como el Opus Dei, del cual fue defensor y simpatizante declarado, y los Legionarios de Cristo, dirigidos por el malsano P. Marcial Maciel. Vista la caída de vocaciones y de fieles dominicales, el Santo Padre debió de creer que necesitaba fortalecer esos pilares indispensables, con un entramado tan extendido por los cinco continentes. Su viaje a México fue "oficializado" por intervención directa de Maciel, quien presionó a las autoridades laicas para que Wojtyla fuera recibido con todos los honores [v. El País, viernes, 29-04-2011, p. 38]. En cuanto al Opus, lo nombró "Prelatura Personal" en pago de los numerosos beneficios asistenciales que había recibido de este grupo desde sus años de Cracovia, sus sucesivas visitas a Roma, y su simpatía hacia la figura de Josemaría Escrivá, beatificado por él. Esas asociaciones cristianas representaban para Juan Pablo II unidad, autoridad y obediencia, es decir, una fe inquebrantable y sin fisuras, pilares maestros sobre los que su Iglesia podía descansar y afianzarse. En cambio, las pequeñas comunidades de base tiraban como las reducidas iglesias antes del Edicto de Constantino: cada una a su modo, con su propio evangelio, con mayor libertad interpretativa, y alejadas de los lugares donde habita el Poder.

Wojtyla confiaba en el CENTRALISMO, no en la autonomía. Si quería una Iglesia grande, necesitaba llegar él mismo al último refugio. Su ansiedad viajera no era tanto ecuménica como catecumenal, para subrayar la presencia del líder y su dominio absoluto de todo. Aireó la Casa con esos viajes, pero se distrajo de limpiarla a fondo. Lo importante es que creciera, alentando la feligresía por doquier. Presentarse vivo, ESTAR VIVO más allá de Roma y del Estado Vaticano. Abrir ventanales en amplios espacios, convocar a los creyentes en explanadas, besar la tierra que se pisa, abrazar mucho. No hay nada malo en esto: fue un Papa humano, que quiso y se hizo querer. Seguramente, contó con el afecto hondo de los sencillos Gelasios, y de haber renovado las estructuras doctrinales y morales de su curia, hubiera triunfado apoteósicamente. Porque no basta con hablar de Cristo y de su Mensaje; también hay que dar ejemplo partiendo del entorno de uno mismo, para aumentar la credibilidad de quienes dudan de las honestas intenciones de los ministros del Señor. Algo que sí parece estar haciendo el no tan popular Joseph Ratzinger, Benedicto XVI. Siempre desde una línea moderada, conservadora y poco amiga también de cambios espectaculares.

Cada santo fue humano y tuvo sus debilidades. Juan Pablo II tenía derecho a tener sus fallos. Al fin y al cabo, nadie es perfecto. La ceremonia de hoy en Roma ha sido emocionante, y quiere evidenciar que la Iglesia católica está viva, levantada y unida en torno a su figura carismática. No llegó a lo prometido por Kiril Lakota, pero fue un gran, un inmenso pontífice, a la altura del renovador Juan XXIII. Y debemos dar gracias a Dios por haberlo conocido.

* Rasgos de la personalidad de Juan Pablo II, según su portavoz, Joaquín Navarro-Valls:

1º. Optimismo y buen humor permanentes. Sabía poner siempre "al mal tiempo, buena cara", porque confiaba en que al final de la Historia humana, al término del largo camino, está Dios y su Misericordia.
2º. Rezar con los demás y para los demás. Repasaba a diario peticiones de creyentes de todo el mundo y pedía insistentemente por ellos.
3º. Empeño en aproximarse a los estilos e idiomas de otras culturas. Juan Pablo II preparaba cada viaje al detalle, empapándose de la historia, cultura, y aspectos sociales de cada país a visitar.
4º. Don de gentes y profundo conocimiento de los valores de cada persona. En el caso particular de Mijail Gorbachov, Secretario General del Partido Comunista soviético, supo verlo como "un hombre de principios", en quien a las claras se podía confiar. No en vano, Gorbachov cumplió su promesa de no intervenir militarmente contra la extinción del comunismo fuera de Rusia.
5º. Espíritu deportista y animoso, por encima de las calamidades y el deterioro físicos. Entrega infatigable al trabajo, pero sin perder nunca la calma.
[v. ABC, domingo, 24-04-2011]

domingo, 17 de abril de 2011

DEAN.

"And now, directly from the bar, Dean Martin!" Así comenzaban las actuaciones estelares del genial cantante en sus espectáculos de Las Vegas, a menudo secundado por sus amigos del alma, los jocosos integrantes de "The Rat Pack", Frank Sinatra y Sammy Davies Jr. 


A cualquiera de los tres se les puede estar escuchando toda la vida, y no cansarse. Son una gozada, porque cada canción que elegían la hacían suya, y a la vez nuestra, de todos, para siempre. Esta tarde, por ejemplo, he estado escuchando un Cd de Diego Vasallo, Criaturas, de 1996, y había un par de canciones, de cadencia poética, "Isla" y "Los ojos mojados", y me he dicho: ¡Si hubieran caído en manos de Frank o de Dean, inmortales, qué maravilla habría salido!

La voz de Dean Martin se alza suave, envolvente, aterciopelada... Arropa y acuna, en su estilo "Cool" ('Elegante, Distinguido'). Se sitúa entre el Swing y el Country, sin llegar a ser ni uno ni otro. No se arranca al compás rápido, vertiginoso, de los arreglos hechos para Sinatra, pero tampoco se duerme. Conserva un romanticismo de balada muy propio de las melodías que acompañaban a los soldados norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial. No en vano, Dean comenzó a hacer carrera en la inmediata posguerra, en 1946, tras un tiempo de croupier y boxeador (Kid Crochet), cuando descubrió que con un traje y su voz podía abrirse carrera en el mundo del espectáculo. Lo único que le preocupaba inicialmente era su marcado acento italiano, así que se aplicó a fondo para intentar disimularlo. Se unió a un cómico delgaducho de voz chillona, Jerry Lewis, y ambos triunfaron en salas de fiesta, el cine  y la televisión (1949-1956). Después llegaría su alianza particular con su ídolo, Frank Sinatra, y las grabaciones rompedoras de los cincuenta y sesenta para Capitol Records y Reprise. Se sabe que Elvis Presley adoraba su estilo "cool" y que aprendió a cantar memorizando cada inflexión de Dean. Todo gran cantante parece provenir de otro ídolo anterior; así el propio Dean se hizo a sí mismo viendo sin parar las películas donde Bing Crosby cantaba. Crosby ha cantado como los ángeles deben cantar, y ha sido, en palabras de Sinatra y Perry Como, el maestro de varias generaciones. De todos ellos, sin duda.

Hay varias canciones de Dean Martin que me gustan especialmente. Empecemos por su toque más nostálgico: París, la noche, el verano, el romance... Efectivamente, "Under The Bridges of Paris" ('Bajo los puentes de París'), la melodía de Vincent Scotto y Doreas Cochran, grabada el 2 de febrero de 1955, con dirección de orquesta y coros a cargo de Dick Stabile. En 1950, Lucienne Delyle ya había grabado una adorable versión en francés. No se puede ir a París, estar en París, recorrer sus bulevares o la orilla del Sena, sin recordar esta canción. Es, sin duda, la mejor melodía dedicada al encanto de la Ciudad Luz. No hay otra tan bonita, tan romántica, tan seductora de la magia fugaz del momento.

Siendo de ascendencia italiana, no pueden faltar las napolitanas, y la mejor resulta ser "Santa Lucía". La interpreta mezclando el inglés y el italiano, en un tono tierno y casi maternal. El mismo que emplea para abordar "Arrivederci Roma", conteniendo el impulso de la canción, frenándola, cortando las alas a lo Claudio Villa. O el mismo del Lullaby de Brahms, que también interpretó el joven Frankie en la película Levando anclas.

Quizás, alcance el colmo del romanticismo en "You Belong To Me" ('Eres mía'), de Price, King y Stewart, grabada para Capitol en julio de 1952. "Just remember when the dreams appear that you belong to me". No le quedan muy lejos en emotividad "I'll Always Love You (Day After Day)" ('Te amaré siempre, un día tras otro') y "How Do You Speak To An Angel?" ('¿Cómo te diriges a un ángel?'). Es en estas melodías cadenciosas donde más se nota el toque de Bing Crosby.



Dean Martin trabajó en westerns. El mejor, Río Bravo (Howard Hawks, 1959), junto al inmenso y eterno vaquero John Wayne. De esa película bordó su tema principal, una melodía sencilla y deliciosa. Pero en la película, donde incorporaba a un ayudante de sheriff borrachín, su voz se estiló en alguna melodía más, fortaleciendo el empaque de aquel rodaje maestro. En estilo cercano al country suave, ofreció una delicada versión de "The Green, Green Grass of Home". Su rendición más poderosamente country llega con "King of The Road", pegadiza melodía de anuncio, que después ha grabado con rotunda fuerza The King, uno de los mejores imitadores de Elvis (v. el álbum Return to Splendor, 2000). Le faltó grabar a Dean --como igualmente a Elvis-- la inmortal "The Green Leaves of Summer" ('Las hojas verdes del verano'), de la banda sonora que compuso Dimitri Tiomkin para el largometraje de John Wayne The Alamo. Esta melodía sí fue grabada por Matt Monro, por ejemplo.

Y, junto a estas, tantas y tantas canciones memorables que nos acompañarán siempre: "Just in Time" ('A tiempo'), "You're Nobody 'Til Somebody Loves You" ('No eres nadie hasta que alguien te ama'), "Please Don't Talk About Me When I'm Gone" ('Por favor, no hables de mí cuando me haya ido'), "I Can't Believe That You're in Love With Me" ('No me creo que te hayas enamorado de mí'), "Love Me, Love Me" ('Ámame, ámame'), "In The Chapel in The Moonlight" ('En la capilla a la luz de la luna'), "Baby, It's Cold Outside" ('Cariño, hace frío fuera'), "Tarra-ta-larra-ta-lar", "Gentle On My Mind" ('Dulce en la memoria'), "Send Me The Pillow You Dream On" ('Mándame la almohada de tus sueños'), "I Still Get A Thrill" ('Aún me emociono contigo'), "Let Me Go, Lover" ('Déjame irme, enamorado'), "Standing On The Corner" ('Aguardando en el rincón'), etc.

Algún pequeño fiasco tiene, como la versión poco country y demasiado swing de "The Lucky Old Sun", que, sin embargo, bordó Bobby Darin.

Curiosamente, las canciones que menos me acompañan de él son éxitos tremendos de la talla de "Everybody Loves Somebody", "Volare", "Innamorata", "Return To Me", y otras --aunque pocas-- que han envejecido y no se mantienen con la frescura y lozanía de las anteriores.

* DISCOGRAFÍA BÁSICA DE DEAN MARTIN DISPONIBLE EN ESPAÑA:

1. Dino. The essential Dean Martin. Capitol Records, 2004. [Recopilación de treinta de sus mejores canciones en un solo Cd; falta, sin embargo, "Río Bravo"]

2. Dean Martin. Forever Cool. Capitol Records, 2007 [De lo último editado de él; bonito disco con las mezclas de estudio de otras voces, como Kevin Spacey, Robbie Williams, Martina McBride o Charles Aznavour].

3. Dean Martin. That's amore. Membran Music, 2004 [Edición alemana, en doble Cd, de cincuenta buenas canciones del artista; contiene un muy interesante libreto biográfico, en alemán e inglés].

4. Lo mejor de Dean Martin. Los años Capitol y Reprise. EMI-Odeón España, 1999 [21 éxitos; incorpora un breve, pero interesante libreto informativo].

5. Dean Martin. A Touch of Class. Disky Communications Europe (Holanda, 1998) [16 temas muy agradables; entre ellos, "Baby, It's Cold Outside", "How Do You Speak To An Angel?", "Under The Bridges of Paris", "Young and Foolish"].

6. Dean Martin. In The Cool of The Evening. Disky Communications Europe (Holanda, 2002) [Veinte canciones de gran estilo].

7. Dean Martin (Country Legends). IMC Music (Portugal, 2003) [16 temas de inspiración próxima al country; con "The Green, Green Grass Of Home"].

8. Live & Swingin'. The Ultimate Rat Pack Collection. Bristol Productions / Reprise Records, 2003. [El famoso trío de Las Vegas: Dean Martin, Frank Sinatra y Sammy Davies, Jr. Contiene un DVD con la excepcional interpretación de "Who Can I Turn To (When Nobody Needs Me)" a cargo de Sammy Davies, Jr; solo por esta memorable canción merece la pena el disco entero].

9. Dean Martin. Everybody Loves Somebody. Prism Leisure (Inglaterra, 1998) [Treinta grabaciones, procedentes de programas de radio, a menudo dúos; únicamente para incondicionales].

** CURIOSIDADES BIOGRÁFICAS:

--Dean Martin nació como Dino Paul Crocetti, el 7 de junio de 1917, en Steubenville (Ohio, EE.UU.), segundo hijo del inmigrante italiano Gaetano Crocetti, barbero, y Ángela Barra, costurera. Hasta los cinco años de edad se manejó solo en el idioma paterno, el italiano, con lo que luego le costó aprender y pronunciar bien el inglés. Su abuelo materno se fugó abandonando a su esposa, que acabó recluida en un psiquiátrico.

--En 1930, cuando iba a la escuela superior, formó parte de un grupo de Boy Scouts como tamborilero.

--Durante la Prohibición, traficó con alcohol en Pennsylvania.

--Con catorce / quince años ya frecuentaba los billares y garitos de su ciudad.

--A los dieciséis, como Kid Crochet, peleó cuatro veces, ganando diez dólares por combate. Más tarde trabajó en una fundición de acero y en una casa de juego de Steubenville, The Rex Cigar Store.

--En la primavera de 1939, lo emplearon como croupier y cantante en The Mounds Club de Cleveland (Ohio). En noviembre del mismo año, debuta como solista con la orquesta de Ernie McKay, con el nombre de Dino Martini. Ganaba 40 dólares semanales.

--En febrero de 1941, comenzó a ser conocido como Dean Martin, en la orquesta de Sammy Watkins. Se casó con Betty McDonald en octubre de ese año. En junio de 1942 nació su primer hijo, y en julio Dean debutó en la radio.

--En el otoño de 1943, sustituyó a Frank Sinatra en el Riobamba de Nueva York, obteniendo excelentes críticas en el Herald Tribune y el Daily Mirror.

--Formó pareja por primera vez con otro tipo sin suerte, Jerry Lewis, el 25 de julio de 1946. Su primera película juntos se tituló Mi amiga Irma (1949). Entre 1946-1947, el sueldo de Dean oscilaba entre los 750 dólares semanales y los 1.500 dólares por actuación. En septiembre de 1949 debuta en el Flamingo de Las Vegas.

--En 1950, su versión de "I'll Always Love You" se sitúa en el puesto nº 11 de la lista de las mejores cien.

--Intervino en los filmes El baile de los malditos (1958), Como un torrente (1958), Río Bravo (1959), La cuadrilla de los once (1960), Tres sargentos (1962), Cuatro tíos de Texas, Los cuatro hijos de Katie Elder (1965) y Aeropuerto (1970), por la que cobró siete millones de dólares, los honorarios más altos del cine.

--La televisión le ayudó poderosamente a vender discos. En 1965 arrancó su programa El Show de Dean Martin, con la cadena NBC. Se mantuvo en antena ocho años. En 1968 ya ganaba cerca de cinco millones de dólares anuales.

--En 1973 comenzó su declive. Perdió popularidad en la televisión, y sus discos no se vendían tan bien.

--El 5 de septiembre de 1976 intervino en un programa benéfico, en Las Vegas, junto a Jerry Lewis, organizado por Frank Sinatra.

--A mediados de la década de 1980, tuvo importantes problemas con el alcohol. En el verano de 1987, ofreció dos conciertos en Londres y París. Su última aparición pública fue en la primavera de 1988, cuando abandonó una gira junto a Sinatra y Sammy Davies Jr, por problemas renales, siendo sustituido por Liza Minnelli en el espectáculo.

--En el otoño de 1993, se le diagnosticó un cáncer de pulmón. Falleció de insuficiencia respiratoria, en Beverly Hills (California), el 25 de diciembre de 1995, día de Navidad. Tenía 78 años.