“Con la edad, los ojos ven más lejos, no en la distancia, pero sí en el tiempo.” (aausábel, 2017)

“Con la edad, los ojos ven más lejos, no en la distancia, pero sí en el tiempo.” (aausábel, 2017)

En este país...

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martes, 4 de noviembre de 2014

Gala del 35º aniversario de la Compañía Nacional de Danza.



En esta gala (octubre de 2014, Teatros del Canal, Madrid) la brillante compañía que dirige José Carlos Martínez representó las siguientes piezas:
-          6 minutos de vida.

-          Festival de las Flores de Genzano.

-          El Corsario, paso a dos.

-          Raymonda Divertimento (inspirado en el montaje de Rudolf Nureyev).

-          El Cisne.

-          Aimless.

-          Violon d’Ingres.

-          Bolero.

-          Ritmos.

-          Minus 16.

Son obras muy diferentes entre sí y con su estilo propio. En mi opinión, una de las más sobrecogedoras es El Cisne, esta vez representado por un bailarín que ejecuta los movimientos de un cisne con total naturalidad y delicadeza, a pesar de ser un bailarín. La anterior vez que vi bailar esta pieza fue por Alicia Alonso, poco antes de retirarse, en el auditorio del parque de L’Aigüera, en Benidorm. Alicia estaba tan mayor que bailó casi ciega y con los pies tan deformados que continuaba andando en primera posición de ballet (en dehors) incluso cuando ya había acabado de bailar. La misma pieza de música representada de dos formas totalmente diferentes.

Respecto a Aimless, decir que aplaudo la elección del título de la pieza: “Sin objetivo”, pues eso es lo que refleja este baile, un continuo movimiento sin un afán de representar una historia definida, movimiento suave y continuo, sin brusquedades ni rupturas, el movimiento por el movimiento.

Hasta ahora hemos analizado dos piezas en las que se baila con “el cuerpo expresivo”, pero pudimos ver “el cuerpo acrobático” en El Corsario, paso a dos, donde predominan piruetas y saltos. Vemos pues, dos formas diferentes de tratar el cuerpo a través del baile.

Y finalizo con Bolero. Es el Bolero de Ravel, esta vez con una coreografía poco usual, pues yo, personalmente, nunca lo había visto bailado por una pareja, sino siempre por un solo bailarín. Y además, ambientado en la época del charlestón. Esta coreografía es una apología a la flexibilidad, donde predominan los cambré y los spagat, así como las figuras espejo entre el bailarín y la bailarina.

Todas las piezas son susceptibles de realizar una crítica, pero, por mi parte, aquí me detengo, ya que poco más puedo añadir de la Gala, una Gala llena de belleza y profesionalidad, donde todo el público parecía querer unificar sus esfuerzos para que el ballet siga vivo en los escenarios de nuestro país.

© María del Mar Fernández Fernández, noviembre de 2014.
 
 
Para los no versados en ballet clásico, les invitamos a ver esta maravilla histórica: la perfecta conjunción de dos maestros de la danza, la pareja formada por Rudolf Nureyev y Margot Fonteyn en un pasaje de El Lago de los Cisnes, esa obra de Tchaikovsky que es referente ineludible cuando se muestra un ballet en cine o televisión: