El Teatro Muñoz Seca de Madrid sigue con su meritoria estrategia de
reponer clásicos modernos de la comedia y del misterio. Lo que se ha venido en
llamar “teatro de evasión”. Teatro para todos, para toda la familia, para reír
y olvidarse de los problemas durante hora y media, pero con buen gusto, con el
sabor a Selva Negra de los grandes autores del siglo XX, en especial españoles.
Si a la calidad del texto unimos el buen hacer de compañías que se esmeran y lo
cuidan, manteniéndose fieles a una puesta en escena tradicional, el resultado
no puede defraudar.
Y esto es lo que consigue
justamente la Compañía Lírica Ibérica, que dirige su primer actor José Luis Gago. Ellos están
representando, hasta finales de este mes de febrero, la comedia / farsa de Alfonso Paso Usted puede ser un
asesino, estrenada en Madrid en mayo de 1958. En aquel entonces, fue
la recientemente creada compañía de Ismael Merlo la encargada de subirla al
escenario del Teatro de la Comedia. Pronto se realizó una adaptación
cinematográfica, a cargo del realizador José María Forqué, con Alberto Closas,
José Luis López Vázquez, Amparo Soler Leal, Julia Gutiérrez Caba y un debutante
José Luis Pellicena. Ahora, el público asistente ha acogido con bien este nuevo
montaje, que recibe críticas elogiosas en Atrápalo.
Gago y su elenco le han sabido coger el punto a la obra de Paso, volviéndola
eternamente joven y divertida.
Dos amigos se han propuesto ser
infieles a sus esposas, aprovechando unos días de verano en que van a quedarse
solos. Lo que no sospechan es que tal aventura –más bien desventura—será motivo
de un incómodo chantaje, que traerá aparejado un rosario de fallecidos que se
empeñan en visitar su piso, ya sea recogiéndose en el guardarropa, ya tomando
el aire en la terracita, o fisgando en un baúl, entre los vestidos de señora.
Paso dio con la fórmula de la
parodia de las novelas de crímenes y detectives, haciendo que dos seres simples
se vieran metidos en un fregado hilarantemente delictivo. En realidad, le copia
el planteamiento a Hitchcock, al elegir a hombres ordinarios perdiéndose entre
asuntos extraordinarios, que los superan y confunden. Pero la seriedad, la
gravedad del tema, es sustituida por la farsa, la comicidad, y por un desenlace
más o menos favorable que llega solo. Las expresiones ridículas y confusas al
encontrar a los silenciosos visitantes, el nerviosismo, la desesperación, los
juegos de palabras, los modismos usados con un doble sentido, crean hábilmente
el espacio de la comedia, de manera que el espectador no quede defraudado.
Pero hacer reír es difícil, por
cuanto hay que estar muy convincente en el papel. No todo actor puede levantar
con gracia y natural salero un Don Mendo. La vis cómica debe sentirse, aflorar,
y alcanzar el patio de butacas. La compañía de Gago da una feliz muestra de
dominar el texto hasta en sus mínimos recodos, volviendo convincente lo
inverosímil. El propio Gago incorpora un sólido Simón, el iniciador del drama
padre, muy justamente secundado por Víctor
Benedé, en el rol de su amiguete Enrique, menos proclive a las amoralidades
de turno y más cercano a un empleado de tanatorio que a un Rodríguez jaranero.
Estrella Blanco, cupletista y actriz con oficio, interpreta a la
esposa despistada y paciente de Simón, Margarita. Y lo hace homenajeando –nos
parece—a la singular Isabel Garcés, con sus peculiares ademanes de mujer
remilgada y voz aguda y quejosa. Margarita es una consorte de opereta. Las
muertes mismas son abordadas con todo el desenfado de quien parece no
creérselas, del humor negro del autor al construir sus personajes gafados.
Completan el reparto de Usted puede ser un asesino, Antonio M M,
como el inspector de policía, Natalia Jara (Brigitte), Diego Pizarro (Dupont,
el extorsionador), Diana Irazábal (la vecina Noemí) y Álex Cueva (su novio
Julio).
Animamos a esta compañía de
buenos actores a continuar rescatando las comedias de Alfonso Paso y de otros
maestros del género (Jardiel, Mihura…). Hay otra, Al final de la cuerda, con muertos bajando por la chimenea, como
Papá Noel, que también haría las delicias de un público entregado.
Felicidades, pues, a Gago y su
grupo.
© Antonio Ángel Usábel,
febrero de 2016.
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Las obras de Paso (Madrid, 12-02-1926 / 10-07-1978) eran una defensa de
la ética y de los valores tradicionales. El que quiere ser infiel a su señora,
acaba haciendo el primo. Simón y Enrique no podían haber albergado una idea
peor que intentar engañar a sus mujeres: “--Para mi amigo una rubia. Es que, si
no, le va a parecer que no está engañando a nadie”.
Es malo jugar con fuego. El que
juega con fuego, se quema. Eso es lo que les ocurre a tales infelices.
La evolución de Alfonso Paso –yerno
de Jardiel-- fue curiosa: pasó del teatro social, con propuestas de cierto
relieve y mediano calado, como Los
pobrecitos (1957), La boda de la
chica (1960), La corbata (1963),
a un teatro cómico-burlesco, que engatusó al público general, que llenaba los
teatros donde se representaban, por las mismas fechas, varias comedias suyas.
Así, Paso se convirtió, durante muchas temporadas, en el rey de la parodia.
Huyó del humor del absurdo para centrarse en el enredo, a cuál más inesperado y
grotesco. La verbalización encontraba su sitio –como en Mihura, o Jardiel
Poncela--, pero siempre con un porqué y al servicio de la estructura argumental.
Esto conseguía ganarse a más espectadores, fieles a un modelo más bien
constante y repetido. A Paso le faltaba la picardía de Mihura (no hay una
Paula, ni una Ninette), pero sus tramas eran más amenas que las demasiado
acomodaticias de Jardiel.
Hasta 1971, Paso entregó a los
escenarios por encima de las ciento sesenta obras, de las cuales él mismo estaba solo medianamente satisfecho.
Incluso llegó a decir que gran parte de su audiencia tenía gustos dudosos o
mediocres.
Como hecho reseñable, hay que destacar
que el texto de Usted puede ser un
asesino fue elegido por la Universidad norteamericana De Pauw (en Indiana,
perteneciente a la Iglesia Metodista), junto con La corbata y Cosas de papá y
mamá, del mismo autor, como base para aprender el castellano estándar de la
calle.
Humor macabro en el teatro de Alfonso Paso.
El humor en los personajes de Alfonso Paso.
Humor macabro en el teatro de Alfonso Paso.
El humor en los personajes de Alfonso Paso.
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