Acaban de ser editados en España dos DVD que contienen importantes trabajos documentales de este realizador francés (Vannes, 1922), precursor del “cine de la memoria”. Un tipo de cinematografía que se pregunta por el significado de la realidad, e intenta interpretar críticamente los principales acontecimientos históricos del siglo en que se desarrolla: la Shoa, la escalada nuclear, el colaboracionismo durante la ocupación de Francia por Alemania, la resistencia antifranquista, o la guerra de Argelia, han sido algunos de los temas abordados por la mirada de este cineasta.
Se le considera un precursor y un maestro del cine documental, al que incluso da cabida en largometrajes de ficción, como su ya mítica Hiroshima, mon amour (1959), basada en un guión de la escritora de las palabras y los silencios, Marguerite Duras. Dicha película se abre con una reflexión testimonial sobre los efectos del bombardeo de la ciudad japonesa.
Es en esa década de los años cincuenta del pasado siglo, coincidiendo con la Nouvelle Vague y con la renovación de la técnica de la novela, a cargo de Alain Robbe-Grillet, cuando Resnais se entrega de lleno a la realización de cortos, algunos muy extraños y por encargo, como El canto del estireno (1958), rodado en color y en cinemascope, y que muestra el proceso de obtención y de aplicación de este plástico derivado de los hidrocarburos, pero contado al revés, desde el final al principio, con una voz en off que va recitando unos versos alejandrinos inspirados en la antigua poesía didáctica francesa del primer racionalismo. Resnais contó, a tal fin, con la precisa colaboración del escritor Raymond Queneau, involucrado con el mítico sello Gallimard.
A famosos pintores posimpresionistas y cubistas dedicó también Resnais algunos cortos, aunque realizados –y esto es lo malo para el aspecto vital del cromatismo—en blanco y negro. Miradas a las vidas marginales de Van Gogh y de Gauguin (1948-1950). Sobrecogedor es su testimonio de la destrucción de Guernika por la Legión Cóndor, donde introduce recortes de prensa a modo de collage, y para el que tuvo en cuenta la contribución del poeta Paul Eluard.
Pero debemos destacar dos piezas maestras del conjunto editado ahora: Toda la memoria del mundo (Tout le mémoire du monde, 1956) y Noche y niebla (Nuit et brouillard, 1955). La primera es un claro homenaje al Borges de la Biblioteca de Babel (1941), esa biblioteca infinita –en este caso, la Nacional de Francia—construida y reconstruida cuantas veces haga falta, aprovechada hasta el último recoveco, para albergar la memoria eterna de la Humanidad. Se siguen los pasos que se dan para registrar los libros, desde que llegan, hasta que se catalogan, se ubican y se pueden consultar. Se repasa el tesoro de los manuscritos medievales y de los legados de los escritores contemporáneos. Y una afirmación curiosa: los hombres construyeron las bibliotecas como fortalezas para defenderse de los libros.
El segundo corto que destacamos, de treinta minutos de duración, rodado en blanco y negro y color, es una denuncia crudísima de los campos de exterminio alemanes. Repaso pormenorizado al funcionamiento industrial y metódico de las “fábricas de la muerte”. Ojos como platos sorprendidos por la agonía, enormes mares de pelambre humana, pieles utilizadas para dibujar sobre ellas, cámaras de gas cuyo hormigón del techo aparece arañado por cientos de uñas ensangrentadas. Es tal la crudeza de este documental que fue prohibido. Y sin embargo, su horror exhala majestuosa poesía, y un poder de captación visual inigualable. Noche y niebla es el mejor testimonio gráfico sobre la memoria de la Shoa que hayamos visto. Una obra maestra que se acuerda de aquellos tres mil españoles, en su mayoría excombatientes republicanos, que dejaron sus vidas construyendo las célebres escaleras de la muerte de Mauthausen.
Ningún aficionado al cine ha de perderse esta serie de documentales, editados por dos sellos: Alain Resnais: Cortometrajes, al cuidado de Versus Entertainment, S.L. (C/ Cronos, 24-26, Portal 2, Estudio E-22, 28037 Madrid); incluye un libreto de comentario a cargo de Roberto Cueto; y Noche y niebla, presentado por Filmax Home Video (Sogedasa, Hospitalet de Llobregat, Barcelona).
Antonio Ángel Usábel
(18 de abril de 2009)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario